Latinoamérica rezagada en sostenibilidad ambiental: Cepal
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región ha avanzado en ciertos temas atinentes al séptimo Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de sostenibilidad ambiental. Sin embargo, los avances se ven opacados por un grave estancamiento en indicadores de capital importancia, como la cobertura boscosa que viene disminuyendo a grandes pasos y las emisiones de CO₂ que están aumentando de manera sostenida.
El informe denominado “Objetivos de Desarrollo del Milenio: avances en la sostenibilidad ambiental del desarrollo en América Latina y el Caribe” expone que la situación, a cinco años de la fecha límite para cumplir con los ODM, no es halagüeña para América Latina y el Caribe. Y es que, si bien muestra algunos datos positivos como la reducción en un 85% en el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono, o el aumento en un 120% de las áreas protegidas, en otros aspectos los avances no son tan contundentes o hasta presentan retrocesos. El aumento en un 10% en el acceso al agua potable y en un 17% en los servicios de saneamiento dependen grandemente de las áreas geográficas y los niveles de ingresos en cada país. Asimismo, la disminución en un 31% de las poblaciones que habitan en tugurios choca con la realidad de 100 millones de personas que aún viven en condiciones calificadas como “inaceptables”.
El estado de los bosques
En el periodo de 1990 a 2005, América del Sur ha tenido un incremento alarmante en la deforestación, concentrando el 86% del total de la región. Una de las causas más importantes de dicha situación es el aumento en las actividades de explotación agrícola y ganadera dada su mayor rentabilidad en relación a otras actividades ambientalmente sostenibles, pero también debido a errores políticos como por ejemplo el otorgamiento de incentivos a actividades ganaderas en zonas ecológicamente vulnerables. La pérdida de cobertura boscosa para toda la región fue de un 7%, equivalente a 69 millones de hectáreas.
Consecuencias directas de la deforestación son: pérdida de biodiversidad, desestabilización de los suelos, alteración del ciclo hidrológico y una disminución del efecto de sumidero de CO₂. Una de las actividades económicas que más gravemente se verá afectada será la agricultura debido a su dependencia del ciclo hidrológico, siendo al mismo tiempo una actividad muy sensible por su relevancia para la seguridad alimentaria de la región.
Mientras tanto, en el Caribe, se ha dado de manera espontánea un incremento en la cobertura boscosa durante el mismo periodo de análisis, aunque no se cuenta con los datos exactos de tal aumento. Esto se explicaría en parte porque la actividad turística ha rebasado en importancia a la actividad agrícola en las islas caribeñas, generándose un crecimiento de bosques secundarios en las que otrora fueran zonas agrícolas.
En relación con este tema, algunos de los lineamientos propuestos para la acción son: a) implementar medidas para disminuir la rentabilidad de actividades que provocan deforestación frente a las que fomentan un uso sostenible de los bosques; b) reforzar la fiscalización y la aplicación de sanciones contra conductas ilegales; c) poner en marcha mecanismos de pago de servicios ambientales; e d) invertir en la capacidad de desarrollar conocimientos, tecnologías e innovaciones y en su aplicación a los recursos biológicos, entre otros.
Emisiones de CO₂
La producción de CO₂ ha tenido un continuo y sostenido crecimiento en la región, que se estima en un 41% para el periodo de 1990 a 2005. Sin embargo, el propio informe señala que dicho dato es inexacto, pues contabiliza únicamente las emisiones de CO₂ derivadas de la quema de combustibles fósiles y de la producción de cemento, no contándose con datos sobre aquellas causadas por cambios en el uso del suelo y deforestación. La ausencia de dichos datos es crítica, pues se calcula que América Latina y el Caribe es responsable de casi el 50% de las emisiones globales derivadas del cambio de uso del suelo. .
No obstante el incremento registrado y la necesidad de emprender acciones para contrarrestarlo, las emisiones de la región siguen representando sólo una fracción de aquellas que registran los países desarrollados.
En tal sentido, algunos directrices para la acción son: a) consolidar el uso eficiente de energía; b) crear un marco normativo ad hoc para estimular el uso eficiente de energía y desincentivar las actividades altas en emisiones, entre otros.
El desarrollo sostenible como elemento de las políticas públicas
El informe también analiza el estado de situación de la incorporación de los principios de desarrollo sostenible en las políticas y programas regionales, dejando claro que persisten enormes desafíos de implementación y de integración del componente ambiental del desarrollo sostenible.
Como lineamientos en esta materia se mencionan: a) mejorar el conocimiento de los encargados de la toma de decisiones sobre la importancia económica y social del medio ambiente; b) lograr un mayor nivel de coordinación y coherencia de la acción pública, a fin de garantizar la sostenibilidad del desarrollo; c) implementar las bases de un modelo de desarrollo que incluya los costos externos de la degradación ambiental, así como los beneficios externos de las actividades que no perjudican la integridad de los ecosistemas.
El comercio internacional como componente vital del séptimo ODM
En el documento referido, la Cepal hace énfasis en la gravedad que representa para los países de América Latina y el Caribe el que la Ronda de Doha no se haya finalizado y que ni siquiera presente avances. Pero también inquieta el hecho de que probablemente no cumpla la intención original de favorecer a los países en desarrollo.
El comercio internacional es visto como un componente clave para el logro de la sostenibilidad ambiental en los países de la región, no sólo por su potencialidad para reducir la pobreza, sino también por la capacidad para transmitir las crecientes exigencias ambientales que se relacionan con la competitividad y con ello guiar hacia economías con bajas emisiones de carbono.
En este sentido, se vuelve fundamental la gestión de financiamiento para el comercio y de transferencia de tecnología, de manera que los países en desarrollo no se vean limitados a través de nuevas exigencias de índole ambiental en los países desarrollados y por el contrario, puedan encontrar nuevas oportunidades de innovación y crecimiento sostenible.
Fuente: Revista Puentes, 2 de marzo de 2010, http://ictsd.org/i/news/puentesquincenal/71452/
Ver documento: http://cooperacionambiental.blogspot.com/2010/03/avances-en-la-sostenibilidad-ambiental.html
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